Villa Mercedes es un exclusivo alojamiento campestre donde la tranquilidad del campo se encuentra con la comodidad y el buen gusto. Rodeada de naturaleza y con una impresionante vista al río Grande de la Magdalena, esta villa ofrece un escenario único para el descanso, la recreación y la conexión con lo esencial. Con una piscina amplia, jacuzzi relajante, zonas de recreación para grandes y chicos, zona BBQ, bar campestre y parqueaderos privados, cada espacio ha sido diseñado para brindar una experiencia integral, combinando lo mejor del ocio y el confort rural. Pero lo que realmente distingue a Villa Mercedes es su esencia: un lugar donde cada detalle está pensado para ofrecer una experiencia auténtica y única, con la magia del paisaje fluvial como telón de fondo. Despertar con la brisa del río, contemplar los atardeceres dorados y sentir la paz del entorno convierte cada estadía en un recuerdo inolvidable. Villa Mercedes no es solo un lugar para alojarse. Es un refugio donde la naturaleza, la calidez y el descanso se viven intensamente.

Mercedes Perdomo no es solo la anfitriona de Villa Mercedes: es el corazón que da vida a cada detalle de este alojamiento campestre. Nacida y criada en la región, Mercedes lleva en su esencia el amor por la tierra, las tradiciones y, sobre todo, por hacer sentir bien a los demás. Con una sonrisa siempre dispuesta y una atención cercana y genuina, Mercedes ha hecho de la hospitalidad su vocación. Disfruta atender a los huéspedes porque para ella cada visita es una oportunidad para compartir su historia, su cultura y el encanto natural del lugar que tanto ama. “Me gusta que quienes llegan como visitantes, se vayan sintiéndose como en casa. Ese es mi mayor orgullo”, dice con convicción. Su calidez, compromiso y pasión por servir se reflejan en cada rincón de la villa: desde la limpieza impecable hasta los pequeños detalles que hacen especial cada estadía. Con Mercedes, cada huésped encuentra más que un alojamiento: descubre una experiencia auténtica, cargada de cariño, hospitalidad y sentido humano. Porque en Villa Mercedes, no solo se descansa... se vive el verdadero espíritu del campo, guiado por una anfitriona excepcional.