Apartamentos El RACÓ DE VALDERROBRES es una edificación catalogada como historicoartística que se encuentra en el corazón de la población de Valderrobres, en la comarca del Matarraña (Teruel). Integrada en el conjunto monumental de su casco antiguo, está situada en la arteria principal; en la calle de la paz y muy cerca de la Plaza de España; Allí encontramos el edificio del Ayuntamiento, una joya arquitectónica del siglo XVI que se accede a través del puente gótico y Portal de Sant Roc, fechados en el siglo XV y que ofrecen una entrada espectacular sobre el río Matarraña. Des de casa se accede a las estrechas calles que trepan sugerentemente y que te transportan al siglo XII, remontándonos a los inicios del castillo-palacio de Valderrobres. A continuación, la iglesia de Santa Maria la Mayor, que es un ejemplo espléndido del gótico levantino de Teruel del siglo XIV. Este es el magnífico escenario que ha inspirado la restauración de los apartamentos rurales El Rincón de Valderrobres, un pueblo que bajo el reinado de Alfonso V presidió varias sesiones de las Cortes de Aragón el año 1429.

Enamorados del Matarraña, enamorados de la vida SLOW y de la naturaleza escasamente intervenida, paisajes que nos enamoraron.

Valderrobres (del Latín Vallis Roberea) es la capital de la comarca y es considerado uno de los pueblos más bellos de España. Su historia nos sitúa frente a una fortaleza medieval (siglo XII) donde encontramos importantes vestigios íberos. Valderrobres ha vivido brillantes momentos en su historia como pueblo. Es famoso el litigio que mantuvieron el rey y el obispo de Zaragoza, al extinguirse los descendientes de Fortún Roberto en 1305. La diócesis de Zaragoza, a través del sometimiento, mantuvo los derechos del territorio feudal de Valderrobres hasta el siglo XIX. Valderrobres vive su época de máximo esplendor en el siglo XV, cuando se produce un auge importante en la agricultura, ganadería o la artesanía, que se ve interrumpido por las epidemias del siglo XVII. A finales de siglo, la región, con Valderrobres a la cabeza, inicia una incipiente recuperación estimulada sobre todo por una ola de industrialización que ni las guerras carlistas pudieron parar, y que a principios del siglo XX provoca que el pueblo alcance la máxima importancia demográfica, que entra en declive con la Guerra Civil española.