Lo que hace único a nuestro alojamiento es la combinación entre privacidad, amplitud y conexión con la naturaleza, todo a pocos minutos de la playa. Nuestra casa ofrece una alberca privada muy grande, rodeada de un jardín extenso y arbolado que invita al descanso, al juego o a compartir momentos especiales con familia o amigos. No es una casa cualquiera: es un espacio pensado para disfrutar con tranquilidad, sin interrupciones, sin compartir áreas con desconocidos y con la libertad de sentirse como en casa. Los huéspedes valoran especialmente que todo el espacio es completamente privado. Desde la alberca hasta las áreas verdes, podrán disfrutarlo sin preocuparse por horarios, ruidos o límites. Además, la casa cuenta con una cocina equipada para preparar desde un desayuno sencillo hasta comidas completas, lo que permite que las familias o grupos grandes organicen su día a su ritmo. El ambiente es relajado, acogedor y seguro. Hemos decorado la casa de manera sencilla pero funcional, para que nada falte y todo esté listo para su comodidad. Las cámaras de seguridad en el exterior brindan tranquilidad tanto a los huéspedes como a nosotros, sin afectar la privacidad ni interferir con la experiencia. Nos esforzamos para que cada huésped se sienta cómodo desde su llegada, ofreciendo un espacio limpio, bien cuidado y listo para disfrutar. Nuestro objetivo es que, al terminar su estancia, se lleven la sensación de haber estado en un segundo hogar: privado, amplio, cómodo y lleno de paz.

¡Bienvenidos! Me encanta recibir personas de diferentes lugares y hacer que se sientan como en casa. Disfruto compartir este espacio tranquilo y lleno de naturaleza, ideal para desconectarse y descansar. Me apasiona la hospitalidad, la buena comida y los espacios al aire libre. Será un gusto tenerlos aquí y ayudarles a disfrutar al máximo su estancia. ¡Que empiece una experiencia inolvidable!

Lo que más gusta de Tecolutla es su tranquilidad, ambiente costero y conexión con la naturaleza. Tecolutla es un destino encantador que ofrece a sus visitantes una combinación perfecta entre descanso, aventura y cultura. La zona es segura, amigable y con una esencia tradicional que conquista a quienes buscan escapar del estrés de la ciudad. Uno de los mayores atractivos es, sin duda, la playa de Tecolutla, a solo minutos del alojamiento. Es ideal para caminar al amanecer, disfrutar el sol en familia o simplemente relajarse con el sonido del mar. Su arena suave y sus aguas tranquilas son perfectas tanto para adultos como para niños. También se pueden encontrar puestos de comida, cocos fríos y artesanías locales a lo largo del malecón. Para quienes buscan experiencias más activas, recomiendo hacer un paseo en lancha por los manglares del Río Tecolutla, donde podrán observar aves, cocodrilos y vegetación típica de la región. Es una actividad imperdible que conecta a los visitantes con la belleza natural del lugar. En el centro del pueblo, hay varios restaurantes locales con mariscos frescos a excelentes precios. Algunos favoritos son El Camarón Desvelado o La Cabaña del Pescador. También puedes probar las tradicionales tortas de camarón seco y los famosos dulces típicos de Tecolutla, hechos de coco. Muy cerca se encuentra el Museo Marino Comunitario, un lugar pequeño pero muy interesante para conocer más sobre la fauna marina de la zona. Y si visitas en temporada, no te puedes perder el Festival del Coco, una celebración alegre con música, comida y color que representa la esencia del pueblo. Caminar por sus calles tranquilas, saludar a los vecinos y disfrutar de los atardeceres es parte del encanto de este destino. Tecolutla tiene ese ritmo pausado y cálido que invita a reconectar contigo mismo y con la naturaleza. Sin duda, es un lugar que deja huella en el corazón.